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¿Qué es un corrector de audiolibros?
El corrector de audiolibros y su labor
¿Sabías que en la cadena de producción de un audiolibro existe la figura del corrector de audiolibros? Oh, sí. ¿Acaso creías que un audiolibro no pasa por una corrección final? ¡Claro que sí! Imagina que te has pasado sopotocientas horas en una cabina de grabación, narrando tu flamante audiolibro. Tienes la seguridad de que lo has hecho genial, lo has leído estupendo, y te vas a tu casa a festejarlo. Entonces, al día siguiente, recibes la misteriosa llamada del editor y te dice:
«Oye, que en el capítulo 1, en el minuto siete, dices CELEBRO y es CEREBRO. Hay que volver a grabarlo, ¿sabes? ¡Ah! Y también en el minuto 10 te ha sonado la tripa. La próxima vez te comes algo antes de venir al estudio, pero que no sea lácteo, que produce mucha mucosidad y se nota cuando narras».
Allí es cuando pones el grito en el cielo y te quieres morir, pero sabes que tienes que ir corriendo a corregir los errores del audio. Entonces, has descubierto que alguien, un personaje implacable, ha escuchado con oídos atentos y afilados, cada palabra, cada sonido,
cada chasquido y sonido de tripa. Sí, se trata del corrector de audiolibros.
Pues bien, así como existen los correctores ortotipográficos y de estilo, existen los correctores de audio, que casi siempre tienen amplios conocimientos como correctores de texto.
¿Qué hace un corrector de audiolibros?
- Mantiene un registro detallado de los errores que encuentra en un archivo Excell con varias columnas. ¿Qué debe incluir? Nombre del archivo de audio, Capítulo del libro, marca de tiempo o el minuto donde está el error, comentarios o detalles del problema, incluso la página y la línea, si tiene el guion escrito. La explicación y las sugerencias deben ser breves y concisas, porque es una guía para que el director y el narrador corrijan el error lo más rápido posible. La labor es de ayuda y de hacer la vida más fácil.
- El corrector puede seguir el audio junto con la lectura del guion del libro, incluso marcarlo, para cuidar de que no hayan intercambios de palabras de unas por otras, saltos de frases, de párrafos completos. Por esto es bueno que siga la escucha
junto con el texto. Pero ojo y atención: un corrector de audiolibros NO CORRIJE TEXTOS. No es su labor. Si encuentra un gerundio mal puesto, un adverbio, un estilo poco fluido, no lo va a corregir porque ya ese libro está listo y pasó por sus debidas correcciones. A menos que esos errores repercutan en la narración de una forma terrible, entonces sí podría modificarse. - El corrector hace un control de calidad. Para esto, debe armarse de paciencia. Tiene que escuchar durante horas la narración de un audiolibro que ya ha pasado por las manos del editor, del productor, del técnico, del que dice YUPI, etc. Para esto, es mejor que no lo haga del tirón, sino que se organice por periodos de tiempo. Así podrá captar si hay palabras mal pronunciadas, repeticiones, interferencias, si hay malos empalmes de los capítulos, etc.
- Cuida de que se respeten las pausas de los signos de puntuación, porque indican también cambios en la entonación en la narración. Eso no significa que un narrador no pueda tomarse ciertas libertades en la interpretación, que no tergiversen el espíritu original de la obra. Recuerda que hay pausas orgánicas que no están regidas por los signos de puntuación gramaticales. Y esto lo explico en mi curso Cómo narrar tu propio audiolibro y también en mi libro Audiolibros, escribir pensando en audio.
- El corrector presta mucha atención a la pronunciación de las palabras extranjeras, a los acentos y a los nombres propios. Claro que no hace falta que aprenda arameo antiguo o mandarín, pero siempre es importante que el corrector averigüe cómo se pronuncia algo. Existen herramientas online para esto. En relación a los nombres propios, debe preguntar a la productora o al propio autor cómo se pronuncian y anotar esa pronunciación. Esto me recuerda al personaje de Hermione en Harry Potter. En inglés es germaini, pero en España los dobladores lo pronuncian como ermión. Y se quedó así.
- El corrector debe ponerse en el lugar del audiolector y captar si se entiende o no lo que está escuchando. Y esto es válido también para la mala dicción o lecturas interminables de gráficos, tablas, listados o la monotonía en el tono y en el ritmo de lectura, cambios en el volumen o problemas del sonido. Lo importante es que el audiolector reciba un producto final de calidad que respete el libro original.
- Por lo general el corrector de audiolibros tarda tanto tiempo como la duración del audiolibro, más el tiempo que lleva
anotar cualquier error. La revisión lleva aproximadamente un 20% más de tiempo que la duración del audiolibro. Por ejemplo, si un audiolibro terminado dura 6,5 horas, la revisión puede tardar 7,8 horas. - Y por último, el corrector debe ser amable e imparcial en su informe. No caben apreciaciones personales del tipo: no me gusta como narra, no me gusta su voz, etc. Su labor es ayudar a que salga un audiolibro lo más limpio de errores.