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¿A quién no le gusta que le cuenten un cuento?

La tradición oral como base de la narración de audiolibros

 

 

Una amiga mía que es escritora me dijo una vez que le preocupaba mucho que los audiolibros sustituyeran a los libros impresos y que aquello sería como retroceder al Paleolítico de la tradición oral. No le respondí al momento porque preferí meditar al respecto de lo que me había dicho.

Comprendo que a muchas personas les cause desconcierto esta forma de acceder a la literatura, pero puedo asegurarte que en ningún momento va a convertirse en un sustituto de nada. Más bien, se está convirtiendo en un complemento, ya que permite acercarse a los libros de otra manera. Y la tradición oral es un hecho comunicativo muy antiguo, que ha sido la base del lenguaje hablado, por medio del cual se transmitían conocimientos de todo tipo, con el propósito de mantener dicho conocimiento de generación en generación.

Creo que es muy importante mantener esto de la tradición oral porque contar cuentos ha servido para fortalecer hechos y valores de todas las culturas del mundo a lo largo de la historia de la Humanidad. Por esto está considerada por la Unesco como patrimonio intangible de la Humanidad.

Si te pones a pensar en que un audiolibro va a sustituir a un libro impreso, entonces podrías también pensar que el cine y la televisión han desplazado por completo a los libros en todas sus formas: digital, impreso y audiolibro, ya que son una forma de consumir contenido mucho más fácil y rápido que leer o escuchar.

No puedes negar que la manera de acceder a cualquier tipo de contenidos ha evolucionado y lo seguirá haciendo. Yo prefiero mil veces que la gente tenga la posibilidad de acercarse a los libros y a la literatura a través de todos los formatos disponibles a que no pueda hacerlo.

¿Recuerdas el miedo que generó el nacimiento del libro electrónico? Todo el mundo puso el grito en el cielo. Muchos lo consideraron una herejía, el apocalipsis de los libros impresos. Y ya ves, no ocurrió nada parecido. Al contrario, los dos formatos cohabitan en un mismo espacio sin ningún problema. Y ahora la gente puede leer más e incluso con más comodidad. ¡Puedes cargar con tu propia biblioteca digital en tu teléfono móvil o en tu Tablet o en otro dispositivo electrónico! el que no lee es porque no quiere.

 

 

 

Contar cuentos

Tú y yo nos criamos escuchando cuentos. ¿Acaso tus padres o tus abuelos nunca te contaron una historia antes de ir a dormir? Aprendimos a escuchar para luego contar. Los humanos somos capaces de transmitir contenidos a través de las palabras.

¡La mayor aventura comenzó cuando aprendimos a hablar y a emitir sonidos! Si negamos la tradición oral y le quitamos importancia, estamos negando nuestra propia naturaleza, que consiste en comunicar.

Otra cosa a tener en cuenta: gracias a la tradición oral, las personas que no sabían leer ni escribir se enteraban de lo que ocurría. De allí la importancia de los juglares en la Europa Medieval, por ejemplo.

 

 

¿Has escuchado hablar de Las Mil y Una Noches? ¿Sabes quién era Sherezade? Pues es un libro muy conocido a nivel mundial: una recopilación de cuentos de Oriente Medieval, contados por la sultana Sherezade. Según cuenta la leyenda, existió un sultán persa que para vengarse de la traición de su primera esposa decidió casarse con una mujer distinta cada día y justo después de la noche de bodas, a la mañana siguiente, les mandaba a cortar la cabeza

Sherezade, ni corta ni perezosa dijo: a mí este tipo no me deja sin cabeza, no señor. Y decidió entretener al sultán durante toda la noche, narrándole una historia postergando el final hasta la salida del sol. Entonces, el sultán le perdonó la vida para que a la siguiente noche ella le contara el final. Pero Sherezade fue muy ingeniosa y usó este truco durante mil y una noches. El sultán se enamoró de ella y cambió su odio y rencor por amor y piedad.

Moraleja del asunto: ¿Te imaginas si Sherezade no hubiera sabido contar historias? ¿Te imaginas si ella no hubiera tenido el ingenio de narrar y dejar en suspenso su relato en el momento preciso y así causar el impacto necesario para que el sultán quisiera saber cómo acaba el cuento? Se salvó porque supo contar cuentos.

En el caso de los audiolibros, un buen narrador, cuando lee, hace suya la historia. La forma de contar es única y atrapa al audiolector con las sensaciones que transmite gracias a su interpretación. La historia de los audiolibros está relacionada con los avances tecnológicos y la evolución del libro electrónico. Pero esta es otra historia que podrás escuchar en el primer podcast de Club Mundo Audiolibro, donde te hablo de la historia secreta de los audiolibros.

 

 

 

 

Los componentes de la narración

 

Es cierto que la producción de un audiolibro a estas alturas ha alcanzado un gran nivel artístico y tecnológico. Es toda una ciencia y también todo un arte hacer un audiolibro. Hay muchos elementos que juegan un papel muy importante para alcanzar esto. Pero lo más importante sigue siendo la narración, que es el arte de comunicar.

Narrar un libro de audio es un arte porque la narración está relacionada con la interpretación y con la actuación, pero quiero acotar lo siguiente: aunque combina elementos de las artes escénicas, la narración está más ligada a lo que sería la traducción de la palabra escrita a la hablada, de tal forma que sea lo más parecida a lo que quiso decir el autor, es decir, a su intención.

Lo que quiero decirte es que cuando narras le pones musicalidad, sonido, a las palabras escritas. Adquieren otra dimensión. La palabra hablada se vuelve inteligente, amable, agradable al oyente. Cobra vida, por decirlo de alguna manera. A lo mejor esto te parece una perogrullada, pero leer en voz alta con la finalidad de realizar una grabación de un audiolibro es lo que conocemos como narración. Y la persona que se encarga de realizar dicha narración se llama narrador. Sí, ya sé que estás torciendo la boca y poniendo los ojos en blanco ante esto que parece una tontería, pero creo que a veces resulta muy útil exponer los conceptos lo más sencillo posible. Y para que termines de voltear los ojos como la niña del exorcista, voy a darte otro concepto también de Perogrullo: Los narradores también somos lectores porque nuestra labor es leer en voz alta.

Ahora bien, todo el mundo puede leer en voz alta, como cantar, pero no todo el mundo lo hace bien. ¿Cierto? A lo mejor crees que cantar bajo la ducha te vuelve toda una estrella de la ópera, pero no es así. He asistido a recitales poéticos y de microcuentos y me han sangrado los oídos al escuchar lo mal que algunos autores leen sus propias obras. Es verdad que a muchos les cuesta un montón sacudirse de encima el miedo escénico, pero por favor, que no seas capaz de leer tu propia obra de manera fluida, con intención y que se entienda pues me parece fatal. Si no eres capaz de hacerlo, entonces te sugiero que contrates a un actor o le pidas a alguien que lea bien, que recite por ti. Seguramente le harás un favor a los oyentes y a tu obra.

Un buen narrador tiene que ser capaz de transportar al audiolector y hacerle sentir que tiene el libro en sus propias manos. Narrar requiere talentos y habilidades; se pueden enseñar las pautas y las técnicas básicas, pero si no hay talento, la cosa se complica porque eso sí que no se puede enseñar.

Una buena narración tiene varios componentes y también varios factores para mejorarla. ¿Quieres saber cuáles son?

 

 

 

 

La Voz:  En relación a la narración, los atributos más importantes de la voz son la acústica, la fuerza y la resistencia. ¿Te acuerdas que los nombré en la canción? Pues bien, la voz debe ser clara y no tener ninguna característica acústica que produzca distracción a la hora de narrar. Tiene que tener fuerza para poder generar los sonidos necesarios durante una grabación; los niveles de estos sonidos deben ser claros. La resistencia debe ser suficiente para que en cada sesión se grabación no se note el cansancio en la voz ni se sienta su degradación durante la narración. ¡Que no se note que estás perdiendo el aire como si fueras un oso panda con asma! Es importante saber cómo manejar, manipular y producir la voz, así como aplicar dicho conocimiento en el momento de narrar.

El Habla: Las características acústicas son los atributos más importantes. Como bien mencioné en la canción, el habla tiene que ser clara, fácil de entender y estar libre de cualquier elemento que pueda resultar una distracción para el oído. Modular y manipular el habla, así como aplicar bien este conocimiento son cuestiones muy importantes. Hay algo que seguramente no sabías, pero el habla normal tiene lo que se llama coloración. Es decir, que tu voz tiene un color que define si es grave o aguda, y dentro de esta clasificación, hay sus subdivisiones. A lo mejor ha pasado por tu cabeza la imagen de un arcoíris en tus cuerdas vocales, pero no, no se trata de eso, aunque haya voces claras y oscuras.

En el caso de la narración, esta coloración del habla no solo está relacionada con el timbre de la voz, sino con la forma de comunicar las palabras. Toda habla tiene una coloración dependiendo de la región y de la cultura, así como la propia de cada individuo. Si escuchas cómo habla una persona de Sevilla será muy diferente a una persona de Bilbao, por ejemplo. Ahora bien, ambas personas se comunican mediante palabras que nos son comunes al habla en general, ¿cierto? Las comprendemos aunque sean de diferentes regiones de España. Esto, por supuesto, en el caso de que hablemos el mismo idioma. La coloración no interfiere en la comprensión de lo que estás escuchando, porque a pesar de los matices, puede haber claridad y fluidez en la mezcla.

El Idioma: Con respecto a la narración, los atributos más importantes del lenguaje con el conocimiento y la fluidez en el idioma del texto impreso que vas a leer. Dependiendo del conocimiento del idioma y de la capacidad de aplicar dicho conocimiento entonces la persona que escucha tendrá una máxima comprensión del texto. Parece algo obvio, pero no lo es.

La Habilidad de narración: Como todas las artes, tiene muchos elementos a tomar en cuenta. Entre ellos tenemos la sensibilidad natural al significado de las palabras y las frases, así como la capacidad de reconocer los matices y las sombras en las palabras escritas. Es decir, que tienes que sentir empatía con lo que estás leyendo. Entre otras de las habilidades está el talento para usar la voz, el habla y el lenguaje, así como la capacidad de combinar la sensibilidad con el talento. Si combinas tu experiencia, tu educación y tus capacidades entonces surge la habilidad para narrar.

Un buen desempeño verbal transmite el estilo, el ritmo y el sentido del texto al quien escucha. Además, es importante mantener un estilo homogéneo mientras narras o grabas un audiolibro, y mantener esa continuidad durante las siguientes sesiones de grabación.

 

 

 

 

¿Cuáles son los factores potenciadores de la narración?

 

Aquí la cosa se complica, porque no se trata solo de ponerte a leer de manera automática como si fueras un robot. Enfrentarte al texto es como si te enfrentaras un dragón y no te exagero. Tienes que tener en cuenta aspectos físicos, mentales y artísticos. Te explico.

Un ejemplo de factor físico es la buena coordinación de tus ojos a la hora de escanear la página que estás leyendo. Sí, como lo oyes. Cuando narras, haces un escaneo rápido del texto y te preparas para acometer los párrafos de cada página. Te adelantas para saber cómo vas a leer.

Un ejemplo de factor mental está relacionado con la buena memoria que tengas de la línea final del texto de una página, que te ayuda a mantener la continuidad de la narración cuando pasas a la siguiente página.

Un ejemplo de factor de mejora artística es una buena puntuación verbal, que está relacionado con las pausas que haces en la narración cuando lees y que no necesariamente son las pausas marcadas por el autor en el texto escrito. La puntuación impresa está pensada para el ojo, da inteligencia, coherencia y ritmo al texto impreso. La puntuación verbal, las pausas, están destinadas al oído, para dar sentido, coherencia y ritmo a la palabra hablada. Esto te lo explico de manera más amplia en el Curso de Cómo Narrar tu Propio Audiolibro, que lo puedes conseguir en aquí mismo en nuestra página web de Club Mundo Audiolibro. Te aconsejo que lo hagas.

 

 

 

¿Cuáles son los problemas más graves a la hora de narrar y de grabar?

 

Están relacionados con la exactitud en la pronunciación y en la narración fluida. El texto hablado debe interpretarse palabra por palabra según el texto impreso. De ahí la importancia de no exagerar la intención a la hora de pronunciar y de narrar.

Recuerda que la pronunciación correcta en el momento de grabar un audiolibro equivale a la ortografía correcta en un libro. De la pronunciación correcta de los nombres, las palabras extranjeras y de aquellas palabras que no comprendes también te hablo en el Curso de Cómo Narrar tu Propio Audiolibro. Las deficiencias en la narración pueden cambiar por completo el sentido del texto que estás narrando. Así que mucho cuidado con esto.

Hay otros aspectos que debes tomar en cuenta también cuando estés en una sesión de grabación.

Una buena narración transmite el sentido del texto a tu audiolector, incluyendo las emociones que el autor ha plasmado en él.
Gracias a un uso adecuado del tiempo, el ritmo, el énfasis, la inflexión, etc., los diálogos y los personajes son fácilmente distinguibles entre sí de la voz del narrador.

Una buena narración debe estar libre de interpretaciones poco creíbles, incoherentes o exageradas. Es muy importante cuidar los acentos o dialectos. Si no son necesarios, no los uses, ya que si no sabes cómo habla un esquimal no podrás realizar una buena interpretación. De esto también te hablo con más detalles en el Curso de Cómo Aprender a Narrar tu Propio Audiolibro. Discúlpame que haga esta autopromoción, pero es que creo que te va a interesar mucho y allí está todo muy bien explicado, en serio.

Otro asunto que debes tener en cuenta es que tu narración no sea forzada, monótona o repetitiva, sin patrones mecánicos que interfieren con el texto original y que no están reflejados allí.

Por último, es importante que realices la narración a un ritmo adecuado a las necesidades el texto.

 

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